Un texto tan oscuro como Batman
El tiempo está suspendido en la imagen de un instante, en toda su pureza. Dice Bachelard que, “en cuando se ama una imagen, ya no puede ser copia de un hecho”. Todo viene de la grandeza de imaginar. Aquí se presenta el tiempo en sí mismo, lo estático frente a lo dinámico, lo primero representado en la torre de una Iglesia, lo segundo en los cuerpos, en las figuras y en la postura de los bailarines. El movimiento es símbolo de pensamiento: lo que se mueve, vive. Lo que se imagina es lo que es, directamente, símbolo, signo, materia. Lo que se escribe o se dice a menudo, se vacía de significados o cambia. Imaginar es estar más estrictamente ligado a la verdad. Los cinco bailarines forman un conjunto en equilibrio, luz y oscuridad mantienen una tensión en el lienzo, una fuerza que va directo a la mente, sacude pensamiento e ideas; como todo arte, ataca la estabilidad. Batman es iconografía moderna de la profundidad del ser, pero del ser más oscuro. En Batman se resuelve la ar