La ciudad sumergida 1 Siembro el deseo de este poema: una semilla parte mi corazón y las ramas recorren mi espalda. ¿Qué se sentirá volar años luz a la velocidad de un pájaro sólo para segar un abrazo tuyo, otro y otro? Esta vez no hay espacio: aquí el instante encaja sus garras en la piel del tiempo. 2 Desde el exterior se nota, por los ojos, una selva: esa jungla de ideas y de imágenes. Como yo, tú eres una bestia, pero sueñas un sueño distinto al otro lado de mi herida. 3 Llegaste al puerto de la mirada púrpura; yo era una rosa en la noche, una colección de cuchillas. No sabía qué más hacer: escribir un poema de largo, largo aliento sobre tu espalda, o cegarme con esa luz de campo de algodón. 4 Imaginaba entonces una idea tuya, pero nunca sería sufic
Núcleos. Espacio en blanco. Pómulo roto. Carne. Taciturna la especie , a ojos cerrados, recorre líneas negras sobre los párpados y las almohadas bordadas con hilo de oro. Día inalcanzable, tenemos una habitación con libros, versos que se evaporan mientras despertamos. La belleza está en el aroma de las rosas en la ventana, y vuelan, amarillas, blancas, azules como nuestro sueño, muertas antes del mediodía. (Poema del libro Menta, Editorial Ponciano Arriaga 2018)
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